Es muy injusto.

Es tan injusto, que yo ahora me sienta tan mal.. Es tan injusto, que no me sienta con ánimos para celebrar mi propio premio al esfuerzo, dedicación continuada. Si no llego, si no alcanzo a culminar una tarea bicomponente de plazo y buena ejecución, me siento incompleta, pobre de recursos, escasa de conocimientos, pequeña profesionalmente... pero sin embargo, cuando consigo llegar a tiempo a meta, y puedo por una vez subir a esas inalcanzables gradas del podio. No está tu palmadita en la espalda, tu sonrisa complaciente, tu invitación a café. No, en su lugar me devora un vaso de plástico que me aleja de mis compañeros, callan sus bocas, despiertan miradas incomprensibles, y ahogan los improvisados comentarios de lo cotidiano a la hora del café en vanales suspiros e incómodos silencios Por qué me siento señalada como el anuncio de Nestea?, como si hubiera cometido un delito imperdonable. Si trata del orgullo de la empresa!. Todos somo un equipo, no? Todos somos un todo, yo te complemento, tu me complementas y juntos nos inspiramos mutuamente. Pero lo ideal a veces, se queda en eso... Es frustante.

Así que, ya no sé como debería sentirme, para... no sentir injustas sensaciones.