El tiempo de la vida se ha acabado, pero ya lo sabías:no desconocías que,todo lo que nace muere. Ahora vagas solitaria en el regazo del viento y no sabes si sientes libertad, o soledad. Tú, simplemente te dejas llevar por el fluir de tu dueño que ahora dirige tu destino sin preguntarte si te molesta chocar contra aquel muro, arremolinarte a ras del suelo, y tener que luchar por sobrevivir a una muerte segura, y desesperar por reflotar de nuevo.. pero, ¿para qué? si hace tiempo que ya estás muerta, ¿por que fingir que eres Vida? ¿por que esa obsesión en sentir respirar al viento, marcharte lejos para descubrir lugares aún sin nombre? si... ya no tienes vida. Has perdido tu energía en el camino, por empecinarte en llegar al final. ¿De verdad ha merecido la pena desprenderte de tu árbol por querer sentirte libre? Era cierto, si, no te lo niego, la presión era aplastante, no podías respirar el viento, no podías danzar con él.. Y tú, lo deseabas tanto, tanto.. Tanto soñabas cada noche al morir el día, que algún día dejarías tu prisión para irte a danzar libremente con tu amado viento..Pero él resultó serte extraño, incomprensible, sin principio ni fin, desordenado. Y tú permanecías ahí sóla, abandonada, olvidada, en la fértil tierra, esperando que el viento te echara de menos y quisiera desafiarte a una milonga apasionada como los viejos tiempos..
Eres tu, hoja de otoño, en quien me he fijado hoy, hipnotizada por tus perfectas facciones, tus colores desteñidos por la experiencia de la vida, tu sabor a tierra mojada, madre de vida.. pero sin embargo, con tu frágil textura que cruje si no te trato con cariño. Vuelve a ser tierra! A ser brote! A crecer árbol y crear una nueva vida, que vuelva añorar tu pasado de libertad y ligereza, aprendiendo a ser.. Tu!
